Hola, buenos días, hoy Joane nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
A LA VEZ…
Al ver la puerta abierta de una habitación a la que solemos ir a hacer alguna labor, me asomé a saludar a la Hermana que estuviese. Había una cosiendo unos cojines y me dijo:
«Aquí estoy, cosiendo y a la vez rezando el Rosario.»
La respuesta a mi saludo me gustó. Normalmente, lo que unimos son actividades: “hago la comida y mientras se calienta… Barro; paseo y a la vez… Hablo por teléfono, etc.” tendemos a meter todo lo que podemos “a la vez” para ser más eficaces.
Jesús me mostraba que lo único necesario que hay que meter “a la vez” es a Él. Porque un trabajo, una actividad en oración, la hace diferente.
La Plenitud la encontramos cuando permanecemos en constante relación con Jesús. Estar el uno con el otro, mantener la mirada en ese Amor que se recibe para ser el Amor en lo que se hace. De esta manera, todo lo que vives y lo que tienes entre manos se convierte en un medio de encuentro con el Señor y con los hermanos.
Nosotras, tenemos la facilidad de que la campana nos hace parar a lo largo del día para ir a la capilla y volver la mirada a Jesús si nos hemos despistado, ¿y mientras? El Rosario, Radio María en la cocina, una charla, una imagen en el escritorio, escribir el nombre de personas que necesitan oración en cada hoja de estudio, alarmas para parar e ir a saludarle a la capilla, frases en lo que utilizamos y vemos a lo largo del día que nos hablan de Él…
Y así, hay muchas maneras para “a la vez” vivir mirando a Jesús en tu día y aun estando conviviendo con la enfermedad, con una dificultad… Ese “a la vez” estar con Jesús te llevará a una confianza profunda.
«Sed constantes en orar» 1 tes 5,17
Hoy el reto del amor es que busques la manera de dejar a Jesús entrar “a la vez que”… apuesta por Él en tu estudio o trabajo, en tu familia o conversaciones…
VIVE DE CRISTO