Hola, buenos días, hoy Lety nos lleva al Señor. Que pases un feliz día.
HACER EL BIEN
Ya estamos en plena primavera y la huerta está preciosa, pero también empieza la época de más trabajo en ella.
Una de las cosas que siempre me llama la atención es la rapidez con que crece la mala hierba. En esta época, llueve un poco, después sale el sol y empieza a crecer con una fuerza increíble la mala hierba.
Cuántos más días pasan, más alta está para cortarla y más cuesta. Pero cuando pasas el cortacésped queda precioso, todo uniforme y de un verde deslumbrante. La vista descansa en paz porque ves con claridad el suelo.
Hoy, después de dejar el campo cortado y limpio, le preguntaba al Señor por qué el mal hace tanto ruido y crece tan rápido. A veces estamos rodeados de noticias negativas, desastres, guerras, hambre… tantas cosas que crecen cada vez más. Y sentía que el Señor me decía: “Por ello se ha encarnado, sufrido la pasión, muerto y resucitado. Para cortar la mala hierba. Mi encarnación tiene sentido para destruir el mal y el pecado. En la cruz han sido vencidos.’
Y es verdad, tenemos que dejar a Cristo que sea quien luche contra el mal, y nosotros vivir de Él y en Él. Esto nos dará la fuerza y la sabiduría para luchar en la medida de lo posible. Porque el mal necesita a Dios para destruirlo, nosotros somos hombres débiles.
Por tanto, nuestra fuerza está en Cristo. En cada momento, Él te marcará el camino para luchar. Unas veces te enfrentarás, otras dejarás pasarlo, otras lo esquivarás… pero en su momento te dirá el Señor cómo hacerlo.
Jesús nos dice que el mal se vence a fuerza de bien. El mal con el mal duplica la fuerza, hay que combatirlo con el bien. Y el Bien es el Señor. Pero no confundas hacer el bien con el buenísimo. El Señor no te pide que seas tonto con el mal, te pide que seas astuto como serpiente y manso como paloma.
Hoy, el reto del amor es pedirle a Jesús hacer el bien, que te ilumine en ese problema, con esa persona, en esa situación que cada vez ves más difícil. Que Él te ilumine y después actúes. No te da la luz para que la escondas.
VIVE DE CRISTO