Cancún, Quintana Roo.– La Cuaresma inicia el Miércoles de Ceniza, 14 de febrero, con la imposición de ceniza en la frente de los fieles, para destruir y quemar los pecados del año anterior, con las palabras del sacerdote: «Arrepiéntete y cree en el evangelio» (Mc 1, 15) o «Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver» (Gén 3, 19).
Cuaresma significa quadragesima ‘cuadragésimo, es el tiempo del año litúrgico para prepararse espiritualmente a la Pascua, durante seis semanas de purificación e iluminación interna.
Una duración de 40 días que simboliza la prueba por la que pasó Jesús al permanecer 40 días en el desierto, previos a su misión pública. Recuerda los 40 días que duró el Diluvio Universal, 40 años del pueblo israelita por el desierto, y las 40 décadas de esclavitud en Egipto.
En 1970, el papa Pablo VI presentó un nuevo Calendario Romano General por el que la Cuaresma se reduce a treinta y ocho días, entre Miércoles de Ceniza y Jueves Santo, sin contar los seis domingos. En el rito latino, la Cuaresma se extiende del Miércoles de Ceniza a la Hora Nona del Jueves Santo, sin incluir la Misa de la Última Cena.
A lo largo de la Cuaresma, el llamado es a reforzar la fe mediante diversos actos de penitencia y reflexión. Seis domingos, que incluye el Domingo de Ramos, que no se computan dentro de los cuarenta días, cuyas lecturas dominantes son temas de conversión, penitencia, perdón, para dejar el pecado. Es, por excelencia, el tiempo de conversión y penitencia del año litúrgico. Durante la Santa Misa no se canta Gloria en los ritos iniciales (excepto el Jueves Santo, en la misa de la cena del Señor, con el que inicia la Pascua o en fiestas y solemnidades, como la de San José, Anunciación que siempre caen en Cuaresma), tampoco se canta el Aleluya antes del Evangelio. El color litúrgico es el morado, asociado a la penitencia y sacrificio, a excepción del cuarto domingo que se usa el rosa, mezcla de morado y blanco. El Domingo de Ramos o Domingo de Ramos de la Pasión del Señor o 6º Domingo de Cuaresma, se usa el color rojo por ser celebración de precepto de la Pasión de Cristo.
Existen evidencias de la existencia de prácticas cuaresmales, en particular del ayuno como preparación de la Pascua. Desde fines del siglo II y principios del III. El cristianismo primitivo registra la tradición del ayuno previo a la Pascua. Las Constituciones Apostólicas permiten el consumo de “pan, vegetales, sal y agua, en Cuaresma” mientras que “la carne y el vino están prohibidos”. El Canon de Hipólito autoriza solo el consumo de pan y sal durante Semana Santa. La práctica del ayuno y abstinencia de alcohol, carne y derivados lácteos durante la Cuaresma se estableció tempranamente en la Iglesia.
Para el 322 se verificaron noticias de la Cuaresma en Oriente, mientras que en Roma se celebró con seguridad al menos desde 385. En los primeros tiempos de la Iglesia, la duración de la Cuaresma variaba. Finalmente en el siglo IV se fijó su duración en 40 días, con inicio seis semanas antes del domingo de Pascua. En los siglos VI-VII cobró gran importancia el ayuno como práctica cuaresmal, presentándose un inconveniente: desde los orígenes nunca se ayunó en domingo por ser día de fiesta, la celebración del Día del Señor. Para respetar el domingo y, a la vez, tener 40 días efectivos de ayuno durante la Cuaresma. En el siglo VII, se agregaron cuatro días más antes del primer domingo, estableciéndose 40 días de ayuno, para imitar el ayuno de Cristo en el desierto. Eran exactamente 40 días que iban del Miércoles de Ceniza al Sábado Santo, sin contar los domingos.
Con la reforma litúrgica del Concilio Vaticano II se excluyó del periodo cuaresmal los días del Tridum Sacrum, ya que no eran en realidad una conclusión de la Cuaresma, sino la celebración de la Pascua entendida como el paso de la muerte a la vida (y no solo la resurrección); por ello la Cuaresma, a pesar de no durar ya los 40 días medievales, termina el Jueves Santo después del oficio de la Hora Nona (intermedia) que corresponde a las 3 de la tarde, con lo que las celebraciones de la Cena del Señor no forman parte de la Cuaresma, sino de la Pascua. En la actualidad, no hay un ayuno tan estricto: solo se conserva para el Miércoles de Ceniza y viernes y si es posible el sábado Santo, aunque este último no es un ayuno penitencial sino un ayuno pascual. Los viernes de Cuaresma son de abstinencia de carne.