El Pontífice pidió la reconciliación para Myanmar y que se permita la entrada de ayuda humanitaria en el país, así como en Oriente Medio y Ucrania. Expresó alivio por la liberación de las monjas en Haití y simpatía por las víctimas del atentado en Estambul. Pensamiento también para los enfermos en el Día Mundial contra la Lepra
Michele Raviart – Ciudad del Vaticano
El Papa sigue pidiendo la paz para los pueblos del mundo en conflicto. Tras la oración del Ángelus, el pensamiento del Pontífice se dirige en primer lugar a Mynamar, donde «desde hace tres años el grito de dolor y el ruido de las armas han sustituido a la sonrisa». La junta militar tomó el poder en el país asiático el 1 de febrero de 2021, deponiendo al gobierno de la premio Nobel Aung San Suu Kyi, que se encuentra bajo arresto domiciliario, mientras los enfrentamientos entre el ejército y la población y los grupos armados han causado miles de muertos y desplazados. Uniéndose a la voz de algunos obispos del país asiático, Francisco pide con ellos que «las armas de destrucción se transformen en instrumentos para crecer en humanidad y justicia»:
«La paz es un camino y pido a todas las partes implicadas que den pasos de diálogo y se revistan de comprensión para que la tierra de Myanmar alcance la meta de la reconciliación fraterna. Que se permita el paso de la ayuda humanitaria para garantizar las necesidades de todas las personas».
La guerra es un desastre para los pueblos y una derrota para la humanidad. Asimismo, el Papa pide acceso a la ayuda para Oriente Medio, Palestina e Israel y «dondequiera que haya combates».
«¡Respeto a los pueblos! Pienso de corazón en todas las víctimas, especialmente civiles, causadas por la guerra en Ucrania. Por favor, que se escuche su grito de paz. El grito de la gente que está cansada de la violencia y quiere que cese la guerra, que es un desastre para los pueblos y una derrota para la humanidad».
Todos ofrecen su apoyo a Haití. Francisco se declara aliviado al conocer la liberación de las seis monjas secuestradas la semana pasada junto con otras dos en Haití. Espera que también puedan ser liberados los muchos otros secuestrados por las bandas locales que hacen estragos en el país.
«Pido la liberación de todos los que siguen secuestrados y el fin de todas las formas de violencia; que todos ofrezcan su contribución al desarrollo pacífico del país, para lo que se necesita un apoyo renovado de la comunidad internacional».
Reflexiones sobre el atentado de Estambul. El Pontífice también recibió la noticia del atentado en la iglesia de Santa María Draperis de Estambul, donde una persona murió y varias resultaron heridas en un tiroteo durante la misa. Por último, Francisco recordó la Jornada Mundial contra la Lepra, alentando a quienes se dedican al socorro y a la reinserción social de quienes padecen una enfermedad «que, aunque en retroceso, sigue estando entre las más temidas y afecta a los más pobres y marginados».