Ramón Pretelin Escalera

Perdón, Señor, por el tiempo perdido,
perdón por los días no agradecidos;
perdón por lo sueños no dormidos
y por las noches sin tregua de no encontrarte en el descanso.

Perdón, Señor, por los dones no aprovechados, y mis manos quedándose vacías por no haberlas usado; perdón, por mis brazos cruzados,
exigiendo recibir lo que no he sudado.

Perdón, Señor, por haber sido vasto en la tristeza amargo en la templanza y mezquino en la sonrisa.
Perdón por quedar abatido en desesperanza y haber dudado de tu amistad y de tu confianza.

Perdón por las tantas palabras que han sido lanzas y por lo escasos gestos de esperanzas; perdón por mis obras que han lastimado y las pocas acciones que han que sanado.

Perdón, Señor, por los abrazos reprimidos, cien veces perdón por los amores contenidos y perdón, por ser espina clavada en el alma de mis seres queridos.

Perdón, Señor, por no haber sido suave brisa que refresca, sino braza viva que al corazón agrieta; perdón por dejar de ser perfume de celestial fragancia que impregne el alma y avive en tu indulgencia su confianza.

Dame tu perdón, Amado Señor,
y la ocasión de hacer todo de nuevo en tu Amor. Amén.

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