En la memoria de los Santos Inocentes, el Papa recuerda en su cuenta Pontifex las muertes que todavía hoy ensangrientan el planeta, desde las rutas de la inmigración hasta los territorios devastados por las guerras y la violencia. Su pensamiento se dirige en particular a los más pequeños, a los que ya no les queda infancia, y a los niños por nacer: las tramas del mal se mueven en las sombras de la hipocresía y la ocultación
Adriana Masotti – Ciudad del Vaticano
A pocos días de la Navidad, la Iglesia recuerda hoy a todos los niños, menores de dos años, que fueron asesinados por el rey Herodes cuando fue advertido por los Magos del nacimiento en Belén de quien era esperado como el «Rey de los judíos». El Papa Francisco escribió en un X (antiguo tuit)desde su cuenta @Pontifex: «Hoy, como en tiempos de Herodes, las tramas del mal, que se oponen a la luz divina, se mueven en las sombras de la hipocresía y del disimulo: ¡cuántas masacres armadas tienen lugar en un silencio ensordecedor, sin que tantos lo sepan!»
En un segundo X para este día, añadió inmediatamente: «Cuántas matanzas de inocentes en el mundo: en el seno materno, en las rutas de los desesperados en busca de esperanza, en la vida de tantos niños cuya infancia es devastada por la guerra. Ellos son -concluye Francisco- los pequeños Jesús de hoy».
«Entonces se cumplió lo que había sido dicho por medio del profeta Jeremías: ‘Se oyó un clamor en Ramá, un llanto y un gran lamento: Raquel lloraba por sus hijos y no quería ser consolada, porque ya no estaban’. (del Evangelio según San Mateo)».
Las numerosas «matanzas de inocentes» de hoy en día
En varias ocasiones, como en el Ángelus del 25 de diciembre, Francisco pronunció las palabras «masacre de los inocentes», recordando a las víctimas de los conflictos en curso, en Ucrania, Siria, Yemen, Armenia, Azerbaiyán, Sudán, Congo y, en particular, de la guerra y la devastación que tienen lugar en Gaza. En su mensaje Urbi et Orbi, hizo un llamamiento para poner fin a la actual carrera armamentística que alimenta las guerras: «La gente, que no quiere armas sino pan, que lucha por salir adelante y pide la paz -dijo-, ignora cuánto dinero público se gasta en armamento. Sin embargo, ¡deberían saberlo! Que se hable de ello, que se escriba, para que se conozcan los intereses y las ganancias que mueven los hilos de las guerras».