Pero el derecho de manifestación pública tiene limitaciones como la libertad de expresión: cuando ataque a la moral, la vida privada, los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público.

Estas limitaciones además de lógicas son necesarias. La autoridad no debe permitir verdaderos actos delictivos que se cometen en abuso a la libertad de manifestarse, como cuando un grupo de personas, por más molestas o indignadas que estén, al manifestarse vayan agrediendo a las personas que se encuentren a su paso, incluso lesionándolas. O cuando los manifestantes dispongan de autobuses de transporte público, bajen a sus usuarios, los utilicen para deambular por la ciudad y finalmente los incendien. O cuando “se toman” las casetas de peaje y eviten el cobro respectivo, o que ellas mismas cobren el peaje y tomen el dinero para su causa. O cuando se bloquean calles transgrediendo los derechos de terceros, en concreto el derecho al libre tránsito, afectando fuentes de trabajo y a los comerciantes que están alrededor del plantón.

La consolidación de un Estado democrático no puede prescindir de la libertad de expresión, puesto que es uno de los derechos que le sirven como sustento y dan vida a las instituciones democráticas, ya que en este derecho se garantiza la participación del pueblo en la elección de sus gobernantes y del destino de las naciones.

El Estado tiene la posición de garante de los derechos humanos, de la cual surgen obligaciones fundamentales para su protección y defensa, lo que implica el deber de asegurar la vigencia, el goce y disfrute de estos derechos esenciales, procurando los medios jurídicos, políticos e institucionales adecuados de protección.

De acuerdo con nuestros derechos y libertades, siempre y cuando no se ataque a la moral, la vida privada, los derechos de terceros, provoque algún delito o perturbe el orden público, podemos libremente:

•     Escribir y publicar nuestras ideas y nuestros puntos de vista a través de cualquier medio, sea escrito o electrónico.

•     Asociarnos y reunirnos pacíficamente con cualquier objeto lícito.

•     Manifestarnos y protestar por algún acto de autoridad con el que no estemos de acuerdo.

•     Formar redes de participación social o política.

•     Usar redes sociales (fb, WA, twitter, etc.).

Así podremos contribuir a la vertebración y edificación de esta sociedad nuestra democráticamente genuina, en libertad, en servicio toda ella al bien común y el bien de las personas. En esto todos podemos vernos unidos, encontrarnos y edificar un nuevo y digno futuro. Frente Nacional por la Familia
Minuto de formación L# 58

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido Protegido