Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– La misión de la Iglesia es compartir la fe del Evangelio con alegría en los lugares
más remotos pero principalmente con los vecinos, hermanos, en la comunidad, indicó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad en Cancún.
Para enfrentar al mal, la confusión se requiere de la oración y contar con el arma para ganar la batalla
espiritual que es el Santo Rosario, dijo.
Es importante no hacer caso a las profecías que merodean en redes sociales, que presagian desastres,
calamidades, porque como dice la Palabra de Dios en los Evangelios que solo el Padre conoce el día y la
hora, mientras que al cristiano católico compete prepararse, mantenerse en vigilancia orar y hacer caso omiso a esos profetas que presagian desastres con todo detalle para atemorizar. La recomendación es seguir las enseñanzas de lo que sí es Palabra de Dios.
El sínodo de la sinodalidad, continuo es que los bautizados deben de encontrarse, caminar juntos, iguales, sin categorías, ni estratos, escucharse unos a otros, el párroco escucha a los fieles y viceversa, dialogar, discernir y escuchar la voz del Espíritu Santo, que guía a la Iglesia en este camino de aprendizaje, cuyo dueño es Cristo y quien la guía el Espíritu Santo. La Iglesia no es una empresa que tiene un jefe que manda, no es un club, ONG, un parlamento donde cada quien impone su opinión.
En referencia a los libros de texto gratuito, la cuestión es mucho más profunda, porque lo que se pretende imponer viene desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que es reducir a la población con la ideología de género a través de su agenda 2030, con la que quieren confundir a la población, pero que como el aborto no les funcionará, porque el derecho fundamental de la educación de los hijos compete únicamente a los padres, no al Estado. Los padres tienen el derecho de educar conforme a sus principios, valores, creencias y no dejar que el Estado Mexicano los adoctrine con ideologías ajenas, que vienen de otros países que no aprecian a la familia como se hace en México.
El mexicano tiene principios, ideas de lo que es la familia y la educación, por lo que los papás y familias tienen el deber, la responsabilidad y el derecho de educar a sus hijos, y el Estado velar por los intereses del mexicano, es decir apoyar como lo hace la escuela, la Iglesia, los padres no deben claudicar en la defensa de la educación de sus hijos, que en cualquier ámbito donde se encuentren deben ser respetados y no permitir se les imponga ideas ajenas a la familia cuyo tesoro es invaluable.
En referencia a la migración, hace falta construir albergues para poder dar alojamiento a los miles, millones de migrantes, la Iglesia católica siempre los ha atendido en las parroquias convertidas en muchas ocasiones en hogares, pero esta es una labor que requiere del apoyo de las instancias del gobierno que cuenta con los suficientes recursos para dar atención a los migrantes por tratarse de seres humanos con necesidad de alojamiento, medicamentos, aseos, alimentos, y dignidad, nuestro deber de velar por nuestros hermanos, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C.