Konaté Hernández
Sacalaca, Quintana Roo.– Una prueba de que la cultura y la tradición florece y perdura para siempre cuando se le brinda el adecuado apoyo y esfuerzo incansable en la alegre unión del pueblo en la festividad litúrgica en honor a Francisco de Asís, indicó el catedrático Ismael Briceño Mukul en Sacalaca.
La invitación es cordial a toda la población quintanarroense a visitar y unirse a la celebración dedicada al Santo Patrono de la comunidad en el período del 25 de septiembre al 3 de octubre, instó.
Detalló que durante el novenario desarrollarán un vasto programa de festividades dedicadas a San Francisco de Asís como la emocionante y colorida actividad la alborada de 9:00 pm a 10:00 pm, es un momento de comunión y espiritualidad, donde los lugareños se reúnen a orar y compartir en un ambiente festivo.
El momento esperado es el baile de cabezas de cochino, danza tradicional que representa la religiosidad popular cultural y folclórica, además de la danza de las cintas, elemento fundamental que por su coreografía deslumbra por su espectacularidad a la concurrencia. La danza simboliza la unidad y armonía entre la gente del pueblo, porque los danzantes entrelazan cintas de colores mientras realizan movimientos coordinados. La celebración en Sacalaca es una devoción alegre a su Santo Patrón. Un evento para conocer la rica muestra cultural, tradiciones, gastronomía que caracterizan a su población, destacada por su incansable esfuerzo de promover sus usos, costumbres, etc. mencionó.
La iglesia de San Francisco de Asís es una de las más antiguas conocidas hasta hoy, y como las iglesias en la Zona Maya de los pocos vestigios coloniales que perduran al paso del tiempo y se conservan en pie a pesar de haber sido víctimas de la Guerra de Castas. La iglesia de Sacalaca, es considerada en el libro del profesor Miguel Cervantes Aguilar “Edificios religiosos en Quintana Roo” cuando en 1550 se hizo una congregación de pueblos que incluyó de Kanpokolche a Tinun y añade que la encomienda de Sacalaca en 1579 pertenecía a Pedro de Valencia, que años después heredó a Clemente de Valencia y el resto lo tenía Juan Gil de la Cruz. Más tarde, aparece dividida en tres encomenderos, siendo el último, Juan Farfán de quien se tiene noticias en 1579 (Roys, 1957).
Este templo de la época colonial, mide aproximadamente 400 metros, edificado probablemente sobre una plataforma maya, un atrio bordeado de mampostería, escalinatas de acceso y se llega a través de una rampa de piedras labradas, de fachada sencilla con 5 campanarios y poco más arriba, a los costados presenta adornos en forma de flor formada de pétalos romboidales. En 1736 el padre Joseph Antonio de Iguala, dotó de altares la cabecera del recinto; su característica singular es la torre de la escalinata para llegar al coro, de forma cilíndrica, techo de media naranja.
Este conjunto, se restauró en la administración del exmunícipe Pedro Pérez Díaz, 2005–2008 con miras a incorporar a la “Ruta de las Iglesias”, con el propósito de adecuar y promover en la región actividades eco– turísticas que permitan mejorar la economía de la vasta zona comprendida desde Tepich a Chunhuhub, Sabán y San Antonio Tuk.