Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– Una comunidad unida por la devoción y el amor, llevó a cabo diversas actividades religiosas y culturales en honor a San Tarsicio santo patrono de acólitos, monaguillos y del fraccionamiento Casas del Mar en Cancún.

Santo Rosario y celebración fueron las actividades principales realizadas durante el novenario en el período del 7 al 15 de agosto, pero que por motivos de fuerza mayor, concluyó este fin de semana.

Entre las actividades realizadas el domingo 20 de agosto: 5:00 am Hora Santa, para continuar con las mañanitas 6:00 am, compartir los sagrados alimentos con los hermanos y disponerse a la Santa Misa 8:30 am, en la que varios pequeños hicieron su Primera Comunión de igual manera que en Santa Misa de 7:00 pm, para concluir los festejos patronales con el festival, kermes en sana convivencia y esparcimiento familiar a partir de las 8:30 pm.

Con la frase del Evangelio según San Mateo, capítulo 19, versículo 24 “dejen que los niños vengan a mí, no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos” hacen la cordial invitación a las familias a inscribir a sus niños al catecismo 2023–2024 que se impartirá los sábados de 3:30 a 5:30 pm. Para los Jueves Eucarístico Hora Santa 6:00 pm, celebración 7:00 pm; Misa domingo 9:30 am en avenida los Tules, fraccionamiento Casas del Mar.

De lo poco que se conoce de San Tarsicio es que fue martirizado en Roma, de acuerdo al martirologio romano, el joven murió en la Vía Apia entre el 267 o 268 d. C., durante el gobierno del emperador Valeriano, según la inscripción esculpida en su tumba por mandato del Romano Pontífice Damaso I, obispo de Roma entre 366 y 384, es conocido como “mártir de la Eucaristía”.

Luego de participar en una Misa en las catacumbas de San Calixto fue comisionado por el obispo de Roma, Sixto II entre el 257–258 para llevar la Eucaristía a los cristianos que estaban en la cárcel, prisioneros por proclamar su fe en Cristo. Mientras caminaba por la calle un grupo de jóvenes paganos que le preguntaron qué guardaba bajo su manto, lo que Tarsicio se negó a decir, por lo que fue atacado con piedras y palos, posiblemente para robar lo que llevaba. El joven prefirió morir antes que entregar lo que él consideraba un tesoro sagrado. Según se indica en otros detalles que, cuando era apedreado, habría llegado un soldado de nombre Cuadrato, catecúmeno cristiano, quien al reconocer a Tarsicio, alejó a los atacantes y que antes de morir encomendó que llevar la comunión a los encarcelados en su lugar.

Su nombre proviene del latín tarsus, que significa “valor” y según su perspectiva geográfica el nacido en Tarso, ciudad que luego de la conquista romana fue capital de la provincia de Cilicia. San Tarsicio es un joven convertido al cristianismo a mediados del siglo III, colaboró como acólito en las catacumbas.

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