Cancún, Quintana Roo.– La celebración Eucarística tuvo lugar en la capilla del Seminario Mayor que presidió Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., junto con algunos sacerdotes y fieles laicos, en Cancún.

Llegado el momento, el presbítero Reineris Herazo Julio, Canciller, dio lectura del Acta jurídica del nombramiento del nuevo Rector y Vicerrector del Seminario Diocesano de Cancún-Chetumal.

Los sacerdotes encargados, realizaron la debida profesión de fe, el juramento de fidelidad a la misión y la firma del acta en presencia del Presidente.

Homilía

Esta celebración es una acción de gracias porque Dios ama y llama a ser servidores, así como el agradecimiento por la labor realizada por el padre Luis Octavio Jacobo Cortés, por lograr la unión, preocupación y cariño en esta gran obra que es una misión que nos toca a todos, que Dios te bendiga siempre y sigas adelante con ese carisma en el servicio a la Iglesia donde más te necesita, cuente con nuestro cariño y oraciones.

Y el otro motivo de gratitud es por el Rector y Vicerrector, que gracias por su disponibilidad, responsabilidad y apertura aceptaron esta nueva encomienda.

La hermandad de los Operarios Diocesanos son expertos en la formación y agrada el sentido de fraternidad, comunidad, sinodalidad para inculcar el corazón sacerdotal en los seminaristas y dirigir la institución. Nuestra oración, apoyo y cariño total con ellos con la bendición de Dios.

La labor de un formador es semejante a un sembrador que prepara la tierra, siembra la semilla, cuida la siembra, no es una tarea fácil, es una labor de sembrar, fomentar e inculcar las actitudes, convicciones, virtudes, hábitos de disciplina, oración, pobreza, pereza que le den solidez al futuro sacerdote para que pueda resistir ante cualquier combate.

Dios nos llama a ser trigo, dejar la cizaña para dar frutos abundantes, trabajar en la formación de los futuros sacerdotes hasta ser imagen de Cristo, en palabras de San Pablo: «hasta que la imagen de Cristo quede formada en mí».

Oremos queridos hermanos por la misión encomendada a estos sacerdotes, hermanos nuestros, que Dios les ilumine y les bendiga siempre.

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