Konaté Hernández
Isla Mujeres, Quintana Roo.– La comunidad participó de la alegría de Nohemi Isabel Noh Cruz, por su testimonio de consagración en cuerpo y alma a Dios nuestro Señor para toda la vida, este fin de semana, 25 de marzo, en la parroquia Inmaculada Concepción en Isla Mujeres.
La Santa Misa de Consagración a la Orden de las Vírgenes, fue un acto encabezado por Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, L. C., obispo de la Diócesis Cancún–Chetumal.
Los fieles que acudieron a este acto solemne, fueron testigos de la promesa, así como del cántico de las letanías de los santos, para solicitar de su intercesión en esta oración. El dogma, los santos intercede por aquellos que se encuentran en vida, fue el ruego más solemne durante el acto de consagración de Nohemi Isabel Noh Cruz, en la Iglesia Católica.
La función primordial de la Orden de Vírgenes es “orar por las necesidades de la Diócesis y, en particular, por las intenciones del obispo, además, “participan en diversas dimensiones de la pastoral evangelizadora, misionera y caritativa, cada una según su situación y carisma personal”.
En palabras del Papa emérito Benedicto XVI, la orden de vírgenes consagradas es que “Podrán ser estrellas que orienten el camino del mundo y hagan presente, a todos, la transitoriedad de las realidades terrenas y la anticipación de los bienes futuros”.
La Orden de vírgenes consagradas es un signo visible de la Iglesia–Esposa de Cristo, ya que con ellas, quedará mejor configurada la fisonomía de la Iglesia particular en la Diócesis de Cancún–Chetumal.
Es una peculiar forma de vida consagrada, exclusivamente femenina; el ordo virginum se refiere a una sociedad o grupo con peculiaridades propias y estables, derivadas de la recepción del rito de consagración de vírgenes, recogido en el Codex Iuris Canonici de 1983, c. 604; es una norma que se aplica a este grupo de mujeres que continúan viviendo en el mundo.