Tras los masivos ataques rusos en varias partes del país, el sistema eléctrico de
Ucrania ha colapsado: ciudades enteras están a oscuras y sin calefacción. El
obispo auxiliar de Kyiv-Zhytomyr, Monseñor Oleksandr Yazlovetskiy: «Ayúdennos
con la oración y la caridad: necesitamos generadores de energía»

Francesca Sabatinelli y Paolo Ondarza – Ciudad del Vaticano
Ucrania corre el riesgo de sufrir un apagón total y se prepara para vivir en los
próximos meses el invierno más difícil de su historia reciente. Tras el lanzamiento
simultáneo ayer de unos 70 misiles de crucero por parte de Rusia en varias zonas
del martirizado país, falta la electricidad e incluso se ha suspendido el suministro
de agua en la capital, Kyiv, donde se han registrado tres muertos y tres heridos.

Infraestructuras energéticas afectadas
La incursión parece confirmar la intención rusa de destruir muchas infraestructuras
energéticas cruciales. Tres centrales nucleares han sido «desconectadas» de la
red eléctrica. También se ha interrumpido el suministro de la central eléctrica de
Zaporiyia, donde siguen funcionando los generadores Diesel. También se
registraron «apagones masivos» en algunas zonas de Moldavia, incluida la capital,
Chisinau. Poco antes de la acción de la fuerza aérea de Moscú, el Parlamento Europeo
había aprobado una resolución que definía a Rusia como Estado patrocinador del
terrorismo. La reacción del jefe de la oficina presidencial ucraniana, Andriy
Yermak, no se hizo esperar. Relacionó los dos hechos y comentó: «Los terroristas
confirman inmediatamente que son terroristas». Por su parte, la portavoz del
Ministerio de Asuntos Exteriores, Maria Zakharova, afirmó: «Propongo que se
reconozca al Parlamento Europeo como el patrocinador de la idiotez».

Frío y oscuridad

Mientras tanto, la población ucraniana está a oscuras y tiene que lidiar con el frío,
ya que la nieve ha caído en gran parte del país. «Las luces están apagadas en
todas las grandes ciudades de Ucrania. «La población, explica el obispo auxiliar de
la diócesis de Kyiv-Zhytomyr, monseñor Oleksandr Yazlovetskiy, ha sido advertida
de que podría quedarse sin luz durante 24 horas. Al principio, recibí muchos
mensajes y fotos que documentaban las explosiones. Después, el silencio».

Sin Internet
La señal de Internet de hecho se ha apagado, no hay red y la imposibilidad de
comunicarse aumenta el miedo entre la gente que, agotada por meses de guerra,
busca un lugar donde esconderse. «Las sirenas están sonando en todo el país,
porque los bombardeos han afectado a todo el país». Y «todo está parado: el
metro, los autobuses, los medios de transporte. Quien cree en Dios reza», continúa
Monseñor Yazlovetskiy.

Se necesitan generadores
«Estamos bajo cero. Hasta ahora, relata el prelado, la electricidad estaba
racionada, interrumpida durante 4 ó 5 horas al día en algunas partes de las
ciudades, y eso hacía que mucha gente pasara frío, pero cuando se restablecía la
electricidad podíamos volver a calentarnos. Ahora tenemos frío durante todo el
día: imaginen la situación de las familias con niños pequeños o personas
mayores». El Estado y la Iglesia intentan hacer frente a la emergencia. «Estamos
intentando comprar generadores, pero no encontramos ninguno en Ucrania,
hemos vaciado las tiendas. Incluso en Polonia no es fácil encontrarlos: buscamos
por todas partes porque sólo con generadores se puede tener algo de calor, algo
de luz. En las grandes ciudades, nuestro gobierno ha organizado algunos puntos
de calefacción donde la gente puede encontrar un poco de luz, una conexión a
Internet y, sobre todo, un poco de calor».

La Iglesia, un punto de referencia
Iglesia en Ucrania: el valor de quedarse donde se muere
La Iglesia es un punto de referencia con las dos Cáritas vinculadas
respectivamente a la Iglesia Católica Romana y a la Iglesia Católica Griega:
«Hacen mucho, distribuyen alimentos, mantas; entregan vales a las familias para

que puedan comprar en las tiendas. Cada parroquia, añade el obispo auxiliar de
Kyiv-Zhytomyr, se ha convertido en una pequeña Cáritas».  El prelado hace un
fuerte llamamiento a la oración: «Recemos juntos por Ucrania. La oración no debe
faltar, no cedamos a la pereza: tomemos el Rosario o recemos con nuestras
propias palabras.  Ayúdennos con la oración y, si pueden, comprando un
generador para nuestra gente o quizás acogiendo a algunas familias en Italia.
Recordaremos el bien que hemos recibido».

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