Por dos veces durante el año, la Iglesia conmemora los dolores de la Santísima
Virgen que es el de la Semana de la Pasión y también hoy, 15 de setiembre.

La primera de estas conmemoraciones es la más antigua, puesto que se
instituyó en Colonia y en otras partes de Europa en el siglo XV y cuando la
festividad se extendió por toda la Iglesia, en 1727, con el nombre de los Siete
Dolores, se mantuvo la referencia original de la Misa y del oficio de la
Crucifixión del Señor.

En la Edad Media había una devoción popular por los cinco gozos de la Virgen
Madre, y por la misma época se complementó esa devoción con otra fiesta en
honor a sus cinco dolores durante la Pasión. Más adelante, las penas de la
Virgen María aumentaron a siete, y no sólo comprendieron su marcha hacia el
Calvario, sino su vida entera. A los frailes servitas, que desde su fundación
tuvieron particular devoción por los sufrimientos de María, se les autorizó para
que celebraran una festividad en memoria de los Siete Dolores, el tercer
domingo de setiembre de todos los años.

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