Una Iglesia que trabaja unida como las primeras comunidades, cristianas en koinonía con la
participación de sus apostolados y gremios, durante el Sínodo de caminar juntos con la Iglesia
Universal, es la invitación del Romano Pontífice, papa Francisco en comunión con los obispos.
Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– Por su enorme amor a los párrocos el Santo Cura de Ars, es patrono de los
sacerdotes, indicó don Rugino López de la Cruz, encargado de Sacramentos y de llenar actas de bautizos,
comunión y confirmación en la cuasiparroquia San Juan María Vianney en Cancún.
Los sacerdotes son las personas que guían a la comunidad por lo que necesitan de las oraciones de sus fiele para continuar adelante con su ministerio, solicitó.
Dijo que el 24 de julio iniciaron las festividades dedicadas a San Juan María Vianney con la vaquería, mientras que para el 25 realizaron un recorrido con carros alegóricos y las embajadoras de los festejos, que este año correspondió a la Legión de María y Coros e iniciar de manera formal el 26 de julio con el novenario que culminará el 3 de agosto, cuando salgan en procesión con el Santo Patrono. La Misa Solemne será el 4 de agosto a las 7 de la noche, para continuar con la Gran Kermes y la participación de sus 9 apostolados y las mañanitas a las 5 de la mañana. La víspera recibirán la visita pastoral de Monseñor Pedro Palo Elizondo Cárdenas, que administrará el sacramento de la confirmación.
El nombre lo llevó el padre Raymundo Kominskey, L. C.
La invitación a participar de los festejos patronales es extensiva a la ciudadanía y comunidad a unirse, por lo que lo dejo la ubicación del recinto a los interesados en asistir en Región 232, Manzana 40, Lote 2 y 3. Un territorio parroquial que cuenta con una población de un mil 200 habitantes de los que en promedio participan de la celebración dominical en entre 350 a 380 personas y durante la semana un 20 por ciento, tiene una nutrida participación de fieles comprometidos en la organización de las actividades parroquiales.
San Juan María Vianney es el modelo de sacerdotes y fieles a seguir, y gracias al padre Raymundo
Kominskey, L. C. (+) que llevó el nombre, allá por el año de 1999, y que para un 20 de noviembre de 2002, las autoridades municipales les querían quitar el terreno, por lo que la gente aferrada se unió para conservar su capilla que por aquellos años era de material endeble, construida de madera, palos, techo de lámina de cartón y se localizaba donde se encuentra la cocina en la actualidad.