Poco más de 2000 jóvenes, se dieron cita en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad, para manifestar su fe en ordenada marcha al parque de las Palapas en Cancún, con cánticos y alabanzas de adoración, Hora Eucarística y la Santa Misa, que ofició Moseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas en compañía de sacerdotes en la clausura del evento juvenil F@ith, este fin de semana.
Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. – Para emprender el camino de la purificación interior, se necesita tener valor, fortaleza y sobre todo mucha fe en Dios, indicó la hermana Misionera Servidora de la Palabra (HMSP), Jennifer Maldonado, en el multitudinario evento F@ith.
La finalidad es que para purificarse de manera constante, la juventud siempre debe de buscar dóciles a la asistencia del Espíritu Santo, precisó.
Destacó que muchos jóvenes que incluso son servidores en la Iglesia, se sienten perfectos, sin cuestionarse que deben de mejorar en su vida, y evitar estar muertos en vida al no ser dóciles al Espíritu Santo. Reiteró que para purificarse es necesario tener valor, fortaleza y sobre todo mucha fe, para entender que el peor enemigo está en la mente y en el corazón de cada uno, es decir la guerra es al interior, no afuera.
Para descubrir si se tiene o no, un corazón virgen, hace falta la pureza de intención y cuestionarse constantemente “¿por qué haces lo que haces?” y más importante “¿para quién haces lo que haces, para Dios o para los hombres?”, explicó.
Y es que muchas veces, los jóvenes solo buscan la aprobación de los hombres y no la de Dios; añadió que es un reto servir a Cristo para ser de verdad un servidor en la parroquia, en misión o el grupo, sin importar lo que opinen los demás en sus redes sociales.
Buscar la admiración de otros es violar la dignidad como hijos de Dios, tenemos, y rebajarse como fans, cuando deberíamos buscar ser amigos, hermanos no seguidores ni admiradores que forman parte del grupo. Lo peor es rebajar al Señor a segundo término, al hacerse de los demás ídolos, cuando el ideal de los jóvenes debe de ser entregar su vida, dones, juventud, tiempo, corazón, mente, profesión, su proyecto familiar y todo para amor Dios, sin importar los light, ni buscar ser influencer, youtuber, ni ganar millones de pesos, como un proyecto mediocre, una vida sin sentido que no van a servir a los demás, es una vida sin amor.
Mientras que la antítesis de un corazón puro, es la hipocresía, es decir, un corazón impuro, tal como enseñó Jesucristo al denunciar la hipocresía de sacerdotes, fariseos al llamarlos de víboras, sepulcros blanqueados, hipócritas. La hipocresía no se puede reducir a algo tan superficial, en tanto que lo más bajo es la hipocresía religiosa, cuando se utiliza la fe, la Palabra de Dios para juzgar a los demás. De ahí que es un deber cuidar de los hermanitos laicos, consagrados para evitar el chismorreo, como un veneno disfrazado de “caridad”.
Caminar juntos con los pies en la tierra y con la mirada puesta en el cielo
Por su parte Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, indicó que para buscar en una nueva forma la presencia de Jesús, no en la carne ni en su forma gloriosa, sino en su comunidad, donde los discípulos lo experimentaron, como tampoco es en el sepulcro vacío ni en su aparición, ahora se le busca en la comunidad cristiana, en la Eucaristía, en las mujeres, hombres pequeños y vulnerables, en su Palabra y en su Espíritu Santo. Palabras que significan, no quedarse mirando, sino poner manos a la obra y continuar su misión, porque con la misión el Salvador dejó una Iglesia en salida misionera. En este tiempo, Jesús mismo hace colaboradores incansables y brindarles confianza en el trabajo, como bautizados y testigos de su Palabra. Todos juntos hacemos el camino con Cristo Resucitado que vive en medio de nosotros y nos llama a la conversión y salvación, para iniciar un camino renovado que nos hace avanzar hacia el futuro, a la meta del cielo.