P. Héctor Galván L.C
En la primera aparición de Cristo a María Magdalena, Él tiene en mente a sus amigos, los Apóstoles aun doloridos por su cruel crucifixión. “Ve y diles a mis amigos que me verán en Galilea. Allá nos veremos”.
Cristo anunció todo lo referente a su obra mesiánica. Tres años de predicación certificada por sus milagros; El doble anunció de la victoria de sus rivales sanedritas y su inmediata resurrección de entre los muertos, que no lograban entender.
El duro y providencial paso de página del Antiguo Testamento, al cumplimiento de él con el Nuevo Testamento: Jesús de Nazareth, el pueblo de su Madre María. “Si la semilla enterrada no muerte, queda estéril, pero si muere dará mucho fruto”. Todo cuanto Jesucristo anunció a sus apóstoles, se fue cumpliendo puntual y providencialmente.
Dos domingos vieron al Maestro resucitado. Así pasaron del dolor de haberlo perdido a la admiración y gozo del mismo Jesús con un Vida nueva. Aparece y desaparece, entra en la sala donde se esconden con las puertas cerradas; come como antes pero sin necesidad; le pueden tocar y ver las huellas de la crucifixión- Así fueron asimilando lo que significada “haber resucitado”.
El Evangelio de S. Juan nos presenta a Pedro con algunos amigos pescando en el lago de Tiberíades. Cristo les pregunta curioso si tienen pescado. No es la respuesta enfadada. Cristo se d a conocer y les manda que tiren la red a la derecha. Es tal la cantidad de pescado. 153 grandes, que mueven a Juan a decirle a Pedro atónito; “Es el Señor”. Recuerda la pesca de hace 3 años. Jesús ha previsto el desayuno esa mañana. Les invita a comer. Todo parece suceder como años anteriores. Es obvio, El Maestro ha resucitado y convive porque quiere seguir aclarando las características del Nuevo Pueblo escogido, su Iglesia. El fundamento de su nuevo Pueblo es el Amor y por eso mira a Pedro y le hace la gran pregunta. “Me amas, Pedro”. A la tercera vez Pedro se entristece que le preguntara de nuevo, responde: “Señor, Tú lo sabes todo, Tú sabes que te amo”.
Todo comenzó en Galilea y así todo el Antiguo Testamento se ha cumplido en él y Ahí inicia el Nuevo Testamento. Jesucristo, El Hijo del Padre se hizo hombre para iniciar el definitivo Pueblo de Dios en la tierra. Aleluya.