María dio rostro humano a Dios, para cambiar el rumbo de la historia: con su ¡fiat!; rostro de la Iglesia unida en oración por esas mujeres, valientes que trabajan por salvar vidas de niños y ancianos, por erradicar toda discriminación, infravaloración y violencia contra todo ser humano en el mundo, que con su esencia femenina buscan aportar con libertad y autenticidad que disfrutan cada etapa de su vida con responsabilidad ante las necesidades que las rodean.
Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo.– Igualdad, justicia, fraternidad y libertad, es el objetivo en busca de lograr el reconocimiento de sus derechos y valores sin dañar su esencia femenina,
Un movimiento que surgió desde más de 100 años, promovido por mujeres pilares que mueven al mundo, para lograr en todos los ámbitos donde avancen, ser reconocimiento en sus derechos y valores.
Sin radicalizaciones ni demandas que dañen su esencia buscan contribuir al bien común de la sociedad de la que forman parte, como seres humanos con la calidez que las caracteriza, como su delicadeza en las relaciones interpersonales, de ahí la importancia de darles el apoyo para que sigan aportando al mundo las cualidades con esa identidad femenina.
El movimiento feminista radicalizado usar este Día de la Mujer para hacer demandas con las que la mayoría no está acuerdo; mientras que las mujeres en todo el sentido de la palabra, son las que buscan aportar su propia experiencia en los ámbitos donde se desenvuelven e invitar a la sociedad tomar conciencia de los muchos retos que han enfrentado las mujeres en el mundo, a lo largo de la historia y que con esfuerzo de han avanzado para ser reconocidas en sus derechos, sin embargo aun se viven terribles realidades, como la trata, pobreza, falta de educación, violencia intrafamiliar, inequidad en oportunidades laborales, etc.
Mujer y varón son complementarios
En una carta con motivo este importante día internacional el Romano Pontífice, señala la igualdad entre el hombre y la mujer que exige saber apreciar el papel complementario de uno y otro para edificar a la Iglesia Universal, en el progreso de la sociedad civil, por lo que tanto hombre como mujer han de sentirse justamente protagonistas de la historia de la salvación.
Colaborar y rezar con las mujeres valientes y heroicas de Ucrania y del mundo, que se han convertido en ese oasis de paz y esperanza, donde las familias pueden descansar y ver luz en medio de tanta oscuridad, donde muchas son víctimas de la trata, y que la Iglesia busca devolverles su dignidad y poder liberarlas.
Son muchos los retos para que en la sociedad actual la mujer se desarrolle con plenitud en todos los ámbitos, de ahí la necesidad de trabajar por una sociedad justa con políticas públicas enfocadas a resguardar su integridad, a ser tratada con respeto, y se reconozca su talento partiendo de la igualdad en dignidad y complementariedad del hombre y que aun con sus diferencias, hacen equipo para transformar a la sociedad.