“Hombres del mundo en el corazón de la Iglesia y hombres de la Iglesia en el corazón del mundo”. En el marco de inicio cuaresmal, los obispos de la Provincia de Yucatán, concelebraron la Santa Misa en la Catedral de la Santa Cruz y de la Santísima Trinidad en Cancún, luego de concluir sus labores, con la asistencia de sacerdotes, religiosas, seminaristas y movimientos eclesiales.

Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo. – La sinodalidad es caminar juntos, hablar, escuchar, estar en la misma sintonía y vencer el clericalismo, poco a poco, indicó el arzobispo de la Provincia Eclesiástica de Yucatán.

Una escucha y un diálogo importante que ayuden a tomar las decisiones correctas, tomando en cuenta al pueblo de Dios, a la Iglesia, precisó.

Eliminar el clericalismo es una labor que se ha venido intentando desde el Vaticano II, allá, por la década de los 60´s, que luego siguieron con las directrices de “Comunión y Participación” en el Encuentro de la Conferencia de Puebla, así como cuando se recordó en 2007, durante la reunión en Aparecida, Brasil, para poder superar el clericalismo.

Los sacerdotes deben de estar abiertos a ayudar a los fieles, incluirlos en el servicio como laicos con deseos de participar de la liturgia, como ministros extraordinarios de la Comunión o diáconos permanentes, así como en la vida de toda la Iglesia. Sin embargo, es notorio como el vicio del clericalismo se ha extendido en los fieles que se han “clericalizados”, aunque en menor medida, parece que impiden el acceso de la gente a la Iglesia.

Miembros vivos y activos de la Iglesia

Como bautizados es importante que todos participen de la Liturgia, que se sientan miembros vivos y activos de la Iglesia, para que puedan realizar su labor evangelizadora, en trabajo honrado, en la familia, en la educación, desde ahí se realiza la obra catequética.

Es necesario convertir a los sacerdotes para escuchar con el corazón, el sentir y pensar del pueblo de Dios. De igual manera los laicos comprometidos deben escuchar a todos sus hermanos, a sentirse convocados a participar en la vida de la Iglesia, como bautizados en el quehacer al interior de la Iglesia.  

La mayoría de los bautizados trabajan en el mundo, de ahí que consideró a los “Hombres del mundo en el corazón de la Iglesia y a los hombres de la Iglesia en el corazón del mundo”, como el llamado a convertirse a Cristo, durante este proceso sinodal de escucha en las Diócesis, escuchar la Palabra de Dios y al Espíritu Santo que llama a los bautizados a la conversión a escoger el bien, actuar y seguir a Jesús con radicalidad como dice el Evangelio.

Escuchar con el corazón, más que con los oídos

Es el llamado del Romano Pontífice de convertirnos, ayunar, hacer penitencia y orar para pedir a Dios por la paz del mundo, labor iniciada el pasado Miércoles de Ceniza, a tener un corazón católico, abierto a todos, de manera  especial a los necesitados, alejados, ateos, miembros de otras denominaciones o profesiones de fe; pedir a Dios por los demás, por sus necesidades para que el Señor tome en cuenta nuestras necesidades y peticiones y eliminar el yoyismo, es la convocación de la Iglesia para poder lograr y conseguir la anhelada paz en favor de quienes se encuentran envueltos en el conflicto bélico.

Con la participación de Monseñor Gerardo de Jesús Rojas López obispo de la Diócesis de Tabasco; José Francisco González González obispo de la Diócesis de Campeche, y Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo de la Diócesis Cancún Chetumal.

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