Conocerse a sí mismo con los defectos y miserias, se estará en mejores condiciones de comprender, tener paciencia y aceptar a los demás tal y como son, con bondad y nobleza de corazón, con capacidad de ver y admirar la bondad de las demás personas, con sinceridad, valor y humildad para reconocer la verdad de la vida con sus límites, defectos y cualidades.
Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. – Para construir la paz, se requiere empezar en un ambiente familiar, en el entorno social, laboral, de una comunidad que logre permear en el mundo.
La Iglesia camina en sinodalidad y en paz en busca de hacer presente el Evangelio en el mundo, con la fe, esperanza, confianza puesta en el Señor y la intercesión de Santa María.
La invitación al pueblo es a permanecer en la oración, ayuno, para evitar la violencia entre las naciones y con la bendición del Santísimo Sacramento se buscará motivar a la comunidad a pedir por la Paz del mundo para construir en un ambiente familiar, social, laboral en comunidad, fue el mensaje del Romano Pontífice.
La Iglesia invita a intensificar la oración junto con las plegarias para ofrecer la Eucaristía, pedir por la paz, conscientes de que aún hay tiempo para la buena voluntad, de que hay espacio para la negociación, para el ejercicio de una sabiduría, que evite al mundo la locura y los horrores de la guerra.
Conocerse así mismo
En su mensaje dominical en la Catedral de la Santa Cruz y Santísima Trinidad, Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, destacó la importancia que durante el presente camino sinodal los fieles de la Diócesis Cancún Chetumal, deberán tener el corazón limpio y la mirada pura, para poder caminar juntos, hablar con sinceridad y valentía, escuchar con bondad de corazón, ayudarse con generosidad, comprensión y aceptación unos a otros, buscar la corrección con fraternidad, pureza de intención.
Cuando un hombre es incapaz de autocriticarse, de ver sus defectos actúa como un hipócrita, que concentra su mirada en los defectos ajenos para sentirse mejor que ellos y cerrar los ojos ante sus propios defectos, buscan hacer patentes los defectos del otro para fijar la mirada crítica en el defecto ajeno, hacerse de la vista gorda en los propios. La invitación de Cristo es ser valientes para conocer la verdad de los defectos, límites, cualidades personales, examinar y conocer a fondo antes de atreverse a juzgar a los demás.
Dios es Padre de todos
Una realidad que vale para todo el mundo, con mayor urgencia donde ha brotado el conflicto y la violencia, expresaron los obispos de la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM), en un comunicado y añadieron que ante los últimos acontecimientos que han roto el frágil equilibrio de la paz en el mundo con la agresión bélica que sufre el pueblo de Ucrania de parte de las operaciones militares rusas, el episcopado mexicano, se unió al clamor del Papa Francisco, para recordar que Dios “es Dios de la paz, no de la guerra; que es Padre de todos, no solo de algunos, que nos quiere hermanos y no enemigos”.