En el marco del maratón Guadalupe Reyes período que comprende del 12 de diciembre al 6 de enero, inició el docenario con las fervientes procesiones de antorchistas, ciclitas, peregrinos que circulan por carreteras y avenidas de pueblos y ciudades, para cumplir con alguna manda a la Morenita del Tepeyac, en el Santuario de Guadalupe en Cancún, que recibió la visita pastoral de Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas para impartir el Sacramento de la Confirmación.
Konaté Hernández
Cancún, Quintana Roo. – El origen del Santuario de Guadalupe se remonta entre 1960 a 1940, cuando los fieles acudían a la entonces Capilla de Fátima, en la Colonia Puerto Juárez, (hoy crucero).
Por aquellos años la escasa población vivía en caseríos dispersos, sitio adonde acudían los misioneros de Maryknoll procedentes de Isla Mujeres a dar atención espiritual y la santa misa.
La capilla construida con cañas, palos entretejidos unidos a una mezcla de tierra, paja, huano o guano, lámina, especie de mezcla conocida como bahareque o bajareque, común en la Península de Yucatán. Era removida cada determinado tiempo para cambiar la madera perecedera.
Por aquellos años el territorio de Quintana Roo, tenía una población de 90 mil habitantes y 7 parroquias localizadas en Chetumal, Felipe Carrillo Puerto, Cozumel e Isla Mujeres, atendidas apenas por 7 u 8 misioneros de Maryknoll que llegaron en 1949.
Crecimiento y elevación a Santuario
La construcción de la capilla inició con la llegada del padre Alfonso Valencia, L. C., a Cancún en 1975, que por aquellos años recibía gran afluencia de fieles para el 12 de diciembre, por lo que en 1982 es elevada a parroquia con el nombre de Guadalupe.
Al llegar el padre Rafael Ruiz Padilla, L. C., se visualizan las condiciones del recinto, al que acudían miles de peregrinos y se solicita a Monseñor Jorge Bernal Vargas, L. C., hiciera la distinción de Santuario, por lo que un 31 de diciembre de 1999 a las 10:30 de la noche, el primer obispo de la entonces Prelatura leyó la Bula: documento pontificio relativo en materia de fe.
Con la misión encomendada de agrandar la iglesia, que resultaba pequeña por la gran cantidad de fieles que la frecuentaba, apenas llegaba a las columnas internas, por lo que determinaron construir y ampliar el segundo nivel, donde están los salones parroquiales, la casa cural y lo que faltaba. Las celosías se colocaron de tal forma que desde cualquier ángulo se visualizara el centro del altar, para seguir la misa de oído y vista, para quienes no lograrán ingresar al recinto religioso, sobre todo los días de mayor afluencia.
Más de 50 mil peregrinos en 2019
Antes del confinamiento sanitario a causa del virus Sars CoV–2, la afluencia de fieles era en promedio de 500 personas por día que acudían a participar de la Santa Misa; mientras que para la víspera y la noche del día siguiente el lleno era total, por lo que se sacaron las bancas de las naves laterales para dar cabida al mayor número de fieles e ingresarán sin dificultad.
Tomando en cuenta las 11 mesas preparadas, se calcula un total de entre 500 a 800 peregrinos por día, procedentes de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, al recepcionarse durante una semana y en especial los dos ultimas días del novenario, un total de más de 50 mil fieles, entre peregrinos y antorchistas, aquel histórico 12 de diciembre de 2019.