ADVIENTO

Nov 18, 2021

Autor: Desde la fe

La Iglesia Católica propone antes del 25 de diciembre, fiesta de Navidad, un tiempo de preparación espiritual que abarca cuatro domingos. A este tiempo se le llama Adviento, que quiere decir “venida”. Durante este tiempo litúrgico nos unimos a la Santísima Virgen María en su espera de su Hijo Jesús, que ya lleva en su seno. Pero, ¿cuándo inicia y cuándo termina el Adviento 2021?

Este año 2021, el tiempo de Adviento va del domingo 28 de noviembre al jueves 24 de diciembre, en la víspera de Navidad.

Muchas personas aún desconocen qué es el Adviento, qué es lo que celebramos los católicos y cuánto dura este tiempo litúrgico previo a la Navidad. En este artículo te lo explicamos.

Origen del Adviento

Antes de Cristo, el pueblo hebreo fue un pueblo muy sufrido. Pequeñito e indefenso en medio de grandes naciones, se vio muchas veces esclavizado, deportado, invadido, despojado. Lo único que lo sostenía era su religión y, como una verdad religiosa, su esperanza de un personaje prometido por sus profetas: el Mesías.

Mesías, en hebreo, o Cristo, en griego, es una palabra que significa “ungido” y se refiere a un hombre elegido por Dios, lleno de su Espíritu, y ungido para ser sacerdote, profeta y rey. Él sería el liberador de Israel.

Desde luego, cada miembro de ese pueblo tenía un concepto diferente de cómo sería ese Mesías. Unos deseaban  que fuera un rey guerrero que hiciera de Israel un pueblo poderoso y dominador. Otros lo esperaban como a un próspero jefe que los enriqueciera y diera prosperidad a su pueblo.

Ese tipo de Mesías quizás hubiera resuelto histórica y momentáneamente el problema de la esclavitud de Israel, pero no resolvería el fondo del problema: el cambio de corazón.

Unos cuantos, en Israel, a los que suele llamarse “el resto”, tenían una visión más espiritual del Mesías que habría de venir, e intuían un Reino de paz, amor y justicia. A ellos pertenecían los que, movidos por el Espíritu, reconocieron en Jesús al Mesías Salvador.

En la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios se hizo hombre en el seno virginal de María y, para que se cumpliera la profecía, nació en el pueblo de Belén. Allí acudieron los pastores, avisados por los ángeles, a adorar a su Mesías y también lo Magos de Oriente, conducidos por un lucero, para adorar al rey salvador del mundo, de todo el mundo.

Cada Navidad nosotros nos unimos a estos hombres en el gozo del Mesías esperado y nacido en Belén.

Nosotros, el nuevo pueblo de Dios, redimido por la sangre del Mesías, ya no esperamos, ciertamente, el nacimiento de Jesús en Belén, aunque cada año lo celebramos con gran júbilo, pero sí estamos, también, en actitud de espera. El Señor volverá, lo prometió, y lo esperamos con anhelo

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