Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo. – Con el aforo permitido por el semáforo epidemiológico, festejaron con alegría a San Lorenzo Diácono y Mártir, santo patrono del fraccionamiento Paseos del Mar en Cancún, indicó Nancy Dorantes Arreola, catequista de la comunidad.

Agradeció el interés de dar a conocer la existencia del recinto en este novel fraccionamiento a través de los medios adecuados como el periodismo religioso de la pastoral de comunicación, precisó.  

Del 1 al 10 de agosto, vecinos, visitantes y apostolados como el Coro, Liturgia, Catecismo, Jóvenes, Servidores de la comunidad manifestaron su fe a San Lorenzo, por calles, avenidas y en la capilla con domicilio en avenida Isla Aruba, esquina Comoros de la Supermanzana 258. Cuenta con dos misas dominicales: 6 de la tarde y 8 de la noche y el martes a las 7 de tarde, con la Hora Santa y misa el jueves.

Recordó que un mes de abril, durante Pascua de Resurrección entre 2014 y 2015 surgió la capilla en reducida área de un parque, con un crecimiento demográfico entre 12 y 15 mil habitantes, con necesidad de atención espiritual, por lo que la iglesia, se reubicó a su actual dirección. Sus primeros sacerdotes son los padres Eusebio Martínez Mendiola, Ignacio Pacheco Yam y Jacobo Torres Montalvo, en recuperación.

Catequesis virtual para preparar a los niños a recibir los Sacramentos

No obstante, el crecimiento del fraccionamiento, apenas el 50 por ciento profesa el catolicismo, entre otras razones por la cercanía de un templo cristiano, que confunde a la gente, de ahí el esfuerzo de colocar la imagen de la Virgen de Guadalupe y San Lorenzo Diácono, y el arduo trabajo en el sector turístico. A raíz de la pandemia, hay un elevado índice migratorio, al provocar a las familias regresar a su lugar de origen.

Con un grupo números de niños, adolescentes y jóvenes que se preparan con la catequesis, para recibir los Sacramentos, principalmente de la Eucaristía y Confirmación, los sábados de forma virtual, con una nutrida participación, y que antes de la pandemia asistían poco más de 120 a 150 pequeños.

Por otra parte, Mireya Santiago Patricio, coordinadora durante el periodo 2017–2020, comentó que todo inicio, es complicado, al comenzar de cero, carentes de una estructura como la actual. En un principio se construyó un toldo a base de lona, palos, cartón, laminas, para los ritos litúrgicos. Al paso del tiempo el espacio se agrandó, sin embargo, la iglesia es abierta, de material endeble, frágil a los embates de los fenómenos hidrometeorológicos como los que azotaron el norte de la entidad a finales de 2020, que destruyó lo que con esfuerzo edificaron, pero los ánimos no decayeron al recibir el apoyo de la comunidad para volver a levantar el recinto religioso, concluyó.

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