El Papa Francisco explicó el significado de que Jesús se describa a sí mismo como el “pan de vida” y cuáles son las implicaciones concretas en la vida de todo cristiano.
“¿Qué significa pan de vida? Para vivir es necesario el pan. Quien tiene hambre no pide alimentos refinados y costosos, sino pan. Quien está sin trabajo no pide enormes salarios, sino el ‘pan’ de un empleo. Jesús se revela como el pan, es decir lo esencial, el necesario para la vida de cada día. No un pan entre muchos otros, sino el pan de la vida”, señaló el Papa.
“Yo soy el pan de la vida, resume verdaderamente todo su ser y toda su misión: ‘Yo soy el pan de la vida’”, afirmó el Santo Padre.
El Pontífice subrayó “en otras palabras, que nosotros, sin Él, más que vivir, ‘vamos tirando’: porque solo Él nos nutre el alma” y añadió que “solo Él nos perdona de aquel mal que solos no conseguimos superar, solo Él nos hace sentir amados incluso si todos nos decepcionan, solo Él nos da la fuerza de amar, solo Él nos da la fuerza de perdonar en las dificultades, solo Él da al corazón aquella paz que se busca, solo Él, solo Jesús da la vida para siempre cuando la vida de aquí termina”.
Por ello, el Santo Padre recordó también el pasaje de la Última Cena momento en el cual “Jesús sabe que el Padre le pide no solamente dar de comer a la gente, sino darse a sí mismo, de partirse a sí mismo, su propia vida, su propia carne, su propio corazón porque nosotros podemos tener la vida”.
“Estas palabras del Señor despiertan en nosotros el asombro por el don de la Eucaristía. Ninguno en este mundo, por cuanto ames a otra persona, puede hacerse ‘comida’ por ti. Dios lo ha hecho, y lo hace, por nosotros. Renovemos este asombro. Hagámoslo adorando el Pan de vida, porque la adoración llena la vida de asombro”, destacó el Papa. “Le podemos contar los afectos, el trabajo, el día, los dolores, las angustias, muchas cosas. Le podemos decir todo, porque Jesús desea esta intimidad con nosotros. ¿Qué no desea? Ser dejado en un rincón -Él, que es el pan-, ser desatendido, colocado en un costado, o invocado solo cuando lo necesitamos”, concluyó el Papa