Konaté Hernández

Cancún, Quintana Roo. – Importante es seguir el ejemplo de San José, en estos cruciales tiempos crisis económica, existencial, de valores, explicó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, Obispo de la Diócesis Cancún Chetumal, en el marco del día del padre en la Catedral Santísima Trinidad en Cancún.

Hombre callado, silencioso, humilde fue San José que siempre estuvo al cuidado de la Sagrada Familia para cuidar de Jesús y de María Santísima, eso es lo que se debe de copiar, precisó  

Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, dijo que los papás están para ayudar sus hijos desde que son pequeños hasta su adolescencia y juventud, a fin de que tengan confianza y fe, en su familia y en ellos como padres. De ahí la urgencia de seguir el ejemplo de San José que, como padre adoptivo de Jesús, sin mencionar una sola palabra en toda su vida, asumió el papel de padre con responsabilidad, como se constata en los Evangelios.

Destacó que hay en Quintana Roo y en Cancún, casos extremo amor filial, de padres que con gran esfuerzo y sacrificio procuran dar una educación universitaria adecuada y con valores, por lo que reiteró que los padres (papá y mamá), tienen que ser conscientes de la misión sublime, que Dios les ha encomendado, una tarea que deben de asumir con responsabilidad, para ayudar a que sus hijos salgan adelante.

Aun cuando reconoció que siempre habrá hijos problemas, recordó lo que dicen las Sagradas Escrituras, de corregir a los hijos siempre con amor, para salvarlos de futuros problemas, a veces basta una severa mirada de los padres, unas nalgadas, pero que nunca se pierda el respeto entre padres e hijos.

Mientras que a quienes sean la oveja negra de familia, que en su rebeldía quieran asumir posturas equivocadas, como lo que está de moda, trátese de la equidad de género, el feminismo mal entendido, o que el hijo sea homosexual, la recomendación a los padres es ayudarlos con mucho cariño, comprensión, empatía, aceptar lo que les dicte el corazón con el único objetivo de salir adelante lo mejor que se pueda, concluyó Monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas.

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